marcha se mantiene con vida. Esta disciplina atlética estará presente en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y en los próximos Mundiales, aunque por el momento se desconoce exactamente con qué pruebas. “La disciplina va a estar en París y también en Los Ángeles, pero con una adaptación, con relevos”, ha dicho recientemente el presidente de World Athletics (WA), Sebastian Coe.

Lo cierto es que la marcha se encuentra en permanente riesgo de extinción ante la idea de WA (y del propio Coe) de buscar nuevas dinámicas y disciplinas más rápidas en el mundo del atletismo. Pero esta disciplina atlética, tan exitosa para España (no hay más que ver, por ejemplo, los cuatro oros que María Pérez y Álvaro Martín han conseguido entre ambos en los Mundiales disputados el pasado verano en Budapest), sigue salvando un ‘match ball’ tras otro. Y uno de los principales ‘culpables’ es el atleta madrileño Diego García Carrera, bronce y plata en 20 kilómetros en los dos últimos Europeos y, desde el pasado mes de agosto, miembro del Consejo de Atletas de World Athletics.

“En países muy influyentes no hay marcha”

No oculta Diego García su temor a una posible desaparición de la marcha, y así lo reconoce en una entrevista reciente concedida al periódico El Mundo. “Vivimos momentos de muchos cambios, en el mundo del entretenimiento, en la televisión, en el deporte… Esto hace que deportes establecidos tengan que reconvertirse. Esa revisión en el caso del atletismo ha señalado de manera injusta a la marcha como uno de los problemas. Ha ocurrido porque en determinados países muy influyentes, como Reino Unido o Estados Unidos, no hay marcha. Durante un tiempo se ha especulado con la posibilidad de que la marcha se sacara de los Juegos y hemos estado con la soga al cuello hasta que hace unas semanas el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe, anunció que estaría en Los Ángeles. Es una noticia muy buena, pero tenemos que seguir”, explica Diego, que también es ideólogo y director técnico del Gran Premio Internacional Finetwork Madrid Marcha, en la entrevista, realizada por el periodista Lucas Sáez-Bravo.

En este sentido, es clave su labor como miembro del Consejo de Atletas. “Me embarqué por el miedo a que representen a la marcha países en los que no hay tradición y la disciplina termine cayendo porque nos gestiona gente que no nos conoce. El primer paso era que no saliéramos por la puerta de atrás. Y el segundo que no volviéramos a estar ‘nominados’. Y para eso hay que hacer una serie de avances, el primero incorporar la tecnología para eliminar las críticas de subjetividad en el enjuiciamiento de la técnica”. “Además, tenemos que hacer más atractivas las competiciones de marcha en los grandes campeonatos y en el circuito mundial“, reconoce el madrileño, que acaba de cumplir los 28 años.

Y es que Diego García Carrera, además de un extraordinario atleta, es uno de los mejores embajadores que puede tener la marcha, una disciplina que aporta grandes beneficios al cuerpo humano. Basta con leer, por ejemplo, el titular elegido por El Mundo para la entrevista a Diego: “Los médicos recomiendan andar rápido. ¡Pero cómo va a desaparecer la marcha!”. “Es el deporte que hace más gente, caminar. Lo más rápido posible en este caso. Y cada vez más global: está presente en continentes como Latinoamérica, con marchadores muy buenos y tradición, que no está en casi nada. En Asia con mucha fuerza, en Oceanía, fue importante en el mundo soviético y es muy tradicional en Europa. En el Mundial de Budapest, los 12 primeros eran cada uno de un país y estaban representadas las seis federaciones internacionales de atletismo. Y se puede celebrar en cualquier sitio, de forma barata. Aquí en Madrid lo hemos probado en la Gran Vía y en los Juegos de París será a los pies de la Torre Eiffel. Sólo necesitamos un circuito de 500 metros“, explica el joven atleta español, que lleva la comunicación en la sangre; no en vano es hijo del conocido periodista de Radio Nacional José Antonio García Muñoz, más conocido como ‘Ciudadano García’.

Diego García Carrera posa para El Mundo. | Foto: Sergio Enríquez-Nistal

En España la marcha es casi ‘religión’. “¿Por qué se nos da tan bien ‘caminar rápido’ a los españoles?”, le pregunta Lucas Sáez-Bravo, a lo que Diego responde: “Esto empieza cuando (Jordi) Llopart gana el primer oro mundial para el atletismo español (1978). A partir de entonces se ha transmitido el conocimiento. Llopart sigue enseñando a Marín, Marín a Massana, Dani Plaza, Chuso Bragado… Se van enlazando unos con otros y la cadena no se ha roto”.

“Competencia brutal” en la marcha española

Sin lugar a dudas, la marcha española vivió el momento más álgido el pasado mes de agosto en Budapest, cuando María Pérez y Álvaro Martín subieron a lo más alto del podio tanto en las pruebas de 20 como las de 35 kms. La granadina y el pacense son las grandes estrellas de la disciplina, lo que provoca que haya una “competencia brutal” en el resto de marchadores españoles a la hora de conseguir billete para un gran campeonato mundial, especialmente este año con los JJOO de París a la vuelta de la esquina. “Vemos cómo rivales de otros países que deportivamente son peores que nosotros llevan disfrutando de su condición de fijos para los Juegos durante muchos meses. Nosotros ya estamos tres españoles con mínima y creo que dos más lo van a conseguir. Este año toca estar a tope desde el principio, desde el Campeonato de España en febrero (Zaragoza) y luego el Campeonato de España de relevos mixtos (Valencia), algo completamente nuevo para nosotros, puede haber sorpresas. Y antes de París quedaría el Europeo de Roma”, apunta Diego al respecto.

García Carrera habla también de su situación personal, repasando su carrera y reconociendo que, al menos en su caso, puede vivir exclusivamente del atletismo gracias a los patrocinadores después de haber “estado en el top mundial durante varios años”. La preparación física es fundamental, pero especialmente la psicológica, con el riesgo de estrés que conlleva preparar una cita de gran envergadura como pueden ser unos Juegos Olímpicos.

“Es algo insostenible. Si no te lo tomas desde un punto de vista de que todo lo que haces estés de acuerdo y te guste, yo no aguanto ni una concentración de tres semanas. He trabajado cinco años con una psicóloga. Utilizo un montón de herramientas de las que me ha enseñado. Gestiono todo mucho mejor. Me he dado cuenta de la importancia que tiene la cabeza en una competición. Lo he hablado con medallistas, coinciden en que la diferencia la hace la cabeza. Necesitas una base muy sólida de entrenamiento, que sólo unos pocos tienen y sin eso no hay nada que hacer. Pero luego es mucho más importante tu capacidad mental el día de la competición que hayas entrenado un poco más o un poco menos”, confiesa Diego, que también habla de su lado más personal.

“¿Hacer el Camino de Santiago? Les mando por ahí”

Diego confiesa que camina más de cien kilómetros de marcha a la semana, después de dar más de 20.000 pasos al día. Así que lo último que quiere hacer en sus vacaciones es caminar. “No me suelen quedar ganas para andar más. Cuando mis amigos han propuesto hacer el Camino de Santiago, les he mandado por ahí. Mis vacaciones de no caminar no me las voy a pasar caminando. El resto del día no me preocupo por hacer más deporte, porque es casi hasta contraproducente”, asegura en la entrevista.

Más allá del atletismo, su gran pasión es la música: toca el trombón en una banda después de que hubiera aprendido este instrumento hace ya más de 20 años.

Y el atleta termina también aconsejando al resto de deportistas que no opinen de política. “No es recomendable. Por desgracia, digas lo que digas, en España vas a tener a medio país en contra. La mejor manera de caer bien a todo el mundo es no decir nada. Porque la mitad que te odia, te odia más que los que están a favor. Pero, como todos, tenemos unas prioridades y una opinión de las cosas. He puesto de manera respetuosa algún comentario político en redes, pero no quiero entrar mucho al trapo. La gente rápidamente te etiqueta de un lado o del otro. Y el que cruza la frontera, se suele radicalizar, y no es sano. Deberíamos poder opinar con respeto y que se respeten las ideas”, finalizó Diego García Carrera en la entrevista a El Mundo.

Foto de portada: Diego García Carrera, con su trombón en las instalaciones del CAR en Madrid. | Sergio Enríquez-Nistal (El Mundo)