Los marchadores María Pérez y Álvaro Martín han dado a la delegación española dos nuevas medallas en los Juegos de París 2024 -que se suman al bronce que el judoka Fran Garrigós obtuvo el pasado sábado- al obtener la plata y el bronce, respectivamente, en la prueba de los 20 kilómetros marcha.

Los bicampeones del mundo María Pérez y Álvaro Martín retomaron así la senda de éxitos de una disciplina que ha dado una buena cosecha de medallas para el atletismo nacional en los Juegos, pero de la que no se recogía la siembra, a nivel femenino, desde el bronce de María Vasco en Sydney 2000, y, a nivel masculino, desde la plata de Paquillo Fernández en Atenas 2004. Ahora, ambos podrían ser una de las dos parejas del novedoso relevo mixto donde España es seria candidata al podio.

El bronce de Álvaro Martín se fraguó después de que tan sólo cediera en los dos últimos kilómetros ante el acelerón del que sería el campeón olímpico, el ecuatoriano Brian Pintado, y del brasileño Caio Bonfim, plata pese a una marcha irregular que le valió varias amonestaciones por parte de los jueces. “Para mí es el oro que podía conseguir porque Ecuador estaba un par de pasos por delante”, admitió el extremeño, minutos antes de fundirse en un abrazo con su entrenador, José Antonio Carrillo, el obrador de la fábrica de talentos en la factoría de Cieza (Murcia), donde emigró el extremeño desde el CAR de Madrid para hacerse mejor.

Con su característico gorro de paja, Carillo dio las gracias al cielo y a su fundador por poner en su camino a Álvaro Martín, aún sin la medalla al cuello que recibirá este viernes en el Stade de France. “Felicidades, campeón”, le dijo envuelto el técnico enfundado en una bandera de España pese al calor en el Campo de Marte. Esa misma enseña la prendió Martín en los últimos 50 metros, cuando se supo en el podio olímpico con la amenaza del italiano Massimo Stano, campeón olímpico en Tokio 2020, donde el destino le negó el bronce al extremeño y que ahora sí colgará de su cuello en su despedida olímpica. “Son mis últimos Juegos”, sentenció en su cuarta participación.

Y en su despedida el bicampeón del mundo estuvo valiente, asimando siempre por la cabeza junto al debutante y osado Paul McGrath, decimoséptimo, y con Diego García Carrera, que acabó molesto consigo mismo el 33, en un segundo plano gestionando, al menos de forma aparente, unas fuerzas que derramar en los últimos kilómetros en el circuito de Trocadero, a la sombra de la Torre Eiffel.

Lo que sí se derramó fue el agua del cielo que cayó en forma de tormenta eléctrica que obligó a retrasar el inicio de la prueba media hora. “Ya lo preveíamos con las previsiones que daban anoche”, reconoció luego Paul McGrath. Casi siempre en el grupo delantero, Martín y McGrath aguantaron hasta el kilómetro 16 en el que los favoritos se iban cayendo de la pugna por el podio, entre ellos el sueco Perseus Karlstrom y el japonés Koki Ikeda. La selección final la hizo primero el italiano Stano, lastrado después por un par de tirones que le apartaron de revalidar el título olímpico de los Juegos de la pandemia, y más tarde Bonfim, ya sin Paul McGrath en un reducido grupo de cuatro: Bonfim, Stano, Martín y Pintado.

Cuatro marchadores para tres puestos en el podio. A Martín se le vino a la cabeza lo que sucedió en Tokio, pero detrás hay mucho trabajo con el psicólogo del CSD Pablo del Río. “Presión, no, responsabilidad”, se decía a sí mismo cuando le colgaban el cartel de favorito en los titulares de la prensa. Y, al contrario que le sucedió a Marc Tur, un hincha más en el circuito olímpico de París, el marchador extremeño no se vino abajo en los dos últimos kilómetros cuando ya vio el oro lejos y quiso amarrar el bronce ante el acoso de Stano.

El español cogió la bandera a falta de 50 metros y el italiano ya no le podía arrebatar el sueño por el que luchó desde que, con 15 años, abandonó su pueblo natal, Llerena, para alcanzar la eternidad. Hace cuatro años pensó que podía haber perdido el último tren para la medalla en unos Juegos. Pero este jueves cogió el billete para subirse bajo la Dama de Hierro que domina el París olímpico.

La mejor carrera de María

El propio Álvaro Martín lo adelantó: la suya no sería la última medalla de la marcha en París. Y María Pérez le dio la razón con una carrera valiente, en condiciones diferentes por un mayor calor castigando a las marchadoras, y aguardando el instante preciso para salir detrás de la china Jianyu Yang, que culminó una escapada en solitario desde el principio hasta el oro. Pero la campeona del mundo supo colocarse siempre bien, en el grupo cabecero, acompañada por Laura García-Caro, y esperando su momento, sin ponerse nerviosa. Y este llegó en el kilómetro 8, cuando la asiática había amasado una gran ventaja, que empezó a ser reducida por el acelerón de la de Orce, ambiciosa, y a la que sólo pudo seguir otra china, Zhenxia Ma, que finalmente claudicó y se quedó sin opciones tras tres amonestaciones.

Este aspecto lo gestionó muy bien María Pérez, que se marchó a por el oro que completara su Triple Corona, tras el Mundial y el Campeonato de Europa. Llegó a estar a 15 segundos de la misma, la distancia más cercana de Yang, pero la china se rehizo mientras que la española veía como por detrás el panorama se aclaraba para asegurar el podio. La australiana Jemima Montag dio su cambio de ritmo y amenazó la plata, pero la cuarta, la colombiana Lorena Arenas, se alejaba.

La marchadora andaluza aún tuvo fueras para aferrarse a una plata que le sabe a oro tras los problemas que ha arrastrado en este ciclo olímpico. Los recordó su entrenador, Jacinto Garzón, en la zona mixta junto al Trocadero que asistió a la ceremonia de inauguración de los Juegos del agua. Primero pasó por un proceso vírico, después una lesión de cadera y luego aceleró los entrenamientos en el CAR de San Cugat, Granada y Font Romeu. “María ha hecho la mejor carrera de su vida”, subrayó Garzón.

Y su pupila agarró la bandera española, como horas antes había hecho Martín, saboreando la plata 25 segundos de la plusmarquista mundial Yang, y aguantando el tipo ante la cercanía de la australiana, seis segundos después de la española. El círculo lo redondearon Laura García-Caro, séptima y diploma olímpico, y Cristina Montesinos, décima y completando una jornada matinal en la que la marcha española inauguró el medallero del atletismo y alimentó el alicaído ánimo del ‘Team España’ tras decepciones como el adiós de Rafa Nadal entre el bochorno en el Campo de Marte.